Los Guasimodos
Chirigota con la autoría en letra, música y dirección de Manuel Camacho Francés «El Chusco».
Esta Chirigota actuó en el Concurso de Coros, Comparsas y Chirigotas del Gran Teatro Falla de Cádiz, el Martes, día 31 de Enero, en su 2º Sección (10:30h), los 3º de la 1º Parte, después de la Chirigota «Los Taxistas».
1º Premio Provincial del Concurso Oficial de Coros, Comparsas y Chirigotas del Gran Teatro Falla. (Cádiz).
Componentes..: Manuel Marroquín Vázquez, Manuel Gilbáu Flores, Enrique Gatíca Rivas, Luis Gatíca Rivas, Eduardo Chaparro Espinosa, Juan Arjona, José Córdoba, Alfonso Marín Jiménez, Antonio Torres, Diego Caraballo Blanco, José Camacho Francés, Antonio Camacho Francés, Manuel Camacho Francés «El Chusco» y Jesús Tejada.
Obsérvese en este Boceto Original, que la agrupación se inscribió en Cádiz, como «Los Guasimodos», con «G», en cambio en sus cancioneros vienen escritos como «Los Quasimodos», con «Q» e incluso como «Los Cuasimodos», con «C».
LEYENDA Y VERDAD DE “LOS GUASIMODOS”
Aquella tarde, la siesta había sido inquieta, sin dejarse mecer en el descanso de las ideas. Una y otra vez, entre sueños, aparecía en el escenario onírico la silueta de un hombre extraño, desgarbado… cargando una joroba en su espalda repleta de pensamientos, vivencias, desprecios y desamores. Era la silueta de un cuasimodo agitando un farol,
que se había salido del libro que el joven panadero leía en sus ratos libres. Notre Dame de París, novela escrita por Víctor Hugo, había calado en las inquietudes de Manuel, y quiso hacerla suya, y que mejor manera para conseguirlo que representar la obra del francés sobre el escenario del Teatro Falla. “Si Paco Alba, pensó Manuel, se ha inspirado en Juan Ramón Jiménez para realizar “Los Pajeros” el año anterior, ¿Porqué no puedo yo escribir “Los Cuasimodos”?
Con esta pregunta afirmativa despertó de la siesta de aquella tarde de otoño. Anduvo por las calles absorto en su obra, caminando pero olvidando los pies, era el pensamiento quien le conducía hasta el bar “El Único” como peregrino vestido de pierrot que busca su catedral de coplas.
Ante esta propuesta, uno de los componentes, concretamente “El Torreguera”, subrayó la problemática a la hora de conseguir plasmar el tipo en escena, contestando “El Chusco” que ya encontrarían la forma, pero que no estaba dispuesto a dejar escapar este tema tan profundo y lleno de matices. Con un boceto a lápiz extraído de un libro, presenta el tipo a los componentes y coinciden que lo más difícil de conseguir sería la caracterización del rostro, que presentaba un ojo caído y desfigurado.
Comienzan los ensayos en la casa de “el Pote”, y atreviéndose con la música, “El Chusco” muestra el pasodoble completo de letra y música al grupo. El vello se eriza y la piel de gallina se apodera de los componentes. Manuel había sacado del sueño de aquella siesta de otoño al personaje, y escrito en primera persona, deja impresionados a los presentes con esta letra:
Oigamos un Pasodoble titulado.:
Cuando nace una criatura
(Sonido interpretado por «Raza Mora» – Disco – Selección Antológica)
Cuando nace una criatura, entre sabánitas blancas,
lo reciben con dulzura, entre mimos y alabanzas.
En cambio mi nacimiento, fue lo más horrible, que hubo en estos tiempos.
La que a este mundo me trajo, se horrorizó de mi cuerpo.
Al nacer, como me iba a figurar, que en este mundo cruel, así me iban a tratar, … con que maldad.
Comprendí, mi gran inferioridad, cuando me quise reunir, con los niños de mi edad, … que crueldad.
En mis negras letanías, lloraba gotas de sangre, pensando en la mare mía.
De noche en mis oraciones, yo le decía Señor, con un pesar muy profundo:
Si luego me abandonó, ¿por qué me trajo a este mundo?
Ahora oigamos uno de sus Pasodobles titulado..:
Por envidia
(Sonido Directo Original del Gran Teatro Falla)
nuevamente vamos a oír otro de sus Pasodobles titulado..:
Cuando nace una criatura
(Sonido Directo Original del Gran Teatro Falla)
y oiremos otro de sus Pasodobles titulado..:
Cuando apuntando
(Sonido Directo Original del Gran Teatro Falla)
Ahora vamos a oír uno de sus Cuplét titulado..:
A la que quiera un novio
(Sonido Directo Original del Gran Teatro Falla)
nuevamente vamos a oír otro de sus Pasodobles titulado..:
Brotamos de una leyenda.
(Sonido Directo Original del Gran Teatro Falla)
Seguidamente oigamos otro de sus Pasodobles titulado..:
Hay quien tiene la osadía…
(Sonido interpretado por «Raza Mora» – Disco – Selección Antológica)
Hay quien tiene la osadía, por envidia o desprecio,
y tiene la cobardía, de ofender a nuestro suelo.
Nosotros que respetamos, todas las ciudades, de esta tierra hispana.
Insultan impunemente, la provincia gaditana.
Llevo yo, con orgullo el galardón, que ninguna se meció, en el suelo gaditano, soy gaditano.
Todo aquel, que habla mal de una ciudad, bien se puede comprobar, que no tiene dignidad, ni lealtad.
La fama que nos otorgan, es como una puñalá, que llevamos en el alma.
Nosotros somos tan machos, como el primer español, y aquel que lo ponga en duda,
con estas manos tan rudas, la lengua le arranco yo.
Cuando Manuel acabó de cantar este pasodoble, entendieron la importancia de la obra que estaban comenzando. Aparte de la letra conmovedora, la música estaba compuesta con una rotundidad excelente, haciendo gala del estilo más puro de El Puerto. Tal era la preocupación por convencer al grupo en la posibilidad de representar aquel tipo, que desde los comienzos comenzó a estudiar la forma de conseguir la joroba y el efectismo del rostro desfigurado. Con bolas de paja, simularon la joroba sujetando la bolsa de tela rellena de paja con dos cuerdas de distintas medidas. De esta forma, quedaba inclinada hacia un lado y el resultado podía ser mas positivo. Para la cara, se trasladaron algunos componentes a Jerez de La Frontera, donde existía una tienda de disfraces. En este comercio, hicieron las gestiones para traer desde Madrid una cera especial para configurar las prótesis. Era el año 1.961, no lo olvidemos. Si en la actualidad es fácil conseguir todo tipo de materiales, en aquellos tiempos todo era difícil, muy difícil.
Los tres años que llevaba Manuel dedicándose en cuerpo y alma a las coplas, le habían aportado la experiencia necesaria y el conocimiento total de cómo había que realizar una obra carnavalesca. Nunca soñó con escribir una comparsa, su ilusión y su objetivo iban en otra dirección: su deseo era representar una obra personal artística, valiéndose del Carnaval como instrumento. Obsérvese el sentimiento de soledad que derrocha en el siguiente fragmento del popurrí, propio de una narración poética:
FRAGMENTO DEL POUPURRÍT DE “LOS GUASIMODOS”
Debajo de mis campanas
Tengo un nido de palomas
a las que le echo migajas de pan,
para que ellas coman.
De noche al acostarme
les doy un beso en el pico
y me dicen cucurreando:
buenas noches, buen amigo.
No sería justo dejar de poner un par de cuplét buenísimos teniendo en cuenta siempre la época que estamos tocando. Sobran las comparaciones con cuplét actuales donde todo vale.
El carbón en las casas se sustituía por la cocina de gas y aunque nadie se deshacía de los enormes lebrillos de barro cromados, las lavadoras comenzaban a quebrar el silencio de los patios. La venta a plazos se imponía y las necesidades creadas del consumismo comenzaba a dominar la sociedad española. Sirva de ejemplo periodístico cantado, este cuplét:
CUPLÉT DE “LOS GUASIMODOS”
Hemos visto en este siglo
lo a gusto que vive el hombre
es raro el que no tiene
moto o bicicleta, abrigo y relojes.
Dicen que todo lo pagan
con muchas facilidades
y algunos tienen más letras
que siete universidades.
Le compran a sus mujeres
muchas cocinas modernas
no tienen que preocuparse
de carbones ni de leñas
y con el gas butano
que hoy se emplea en las casas
vemos a los carboneros
con telarañas en la garganta.
Aunque en diversas partes de su repertorio, las letras muestran el ferviente deseo de ser considerado gaditano por encima de todo, no dejan excluido a El Puerto y reflejan acontecimientos locales. Este es el caso del depósito que había en la Plaza de Las Galeras, que una vez que fue derribado, motivó este cuplét en el que hace referencia a su arquitectura en forma de copa o trofeo.
CUPLÉT DE “LOS GUASIMODOS”
Catorce taladradoras
y setecientas espiochas
gastaron los albañiles
para tirar del parque
la famosa copa.
Debían de haberla dejado
en honor a su memoria
o jugarla en un partido
entre el Racing y el Vitoria.
Lo que más gracia me hizo
eran dos que habían al lado
que con lágrimas en los ojos
decían desconsolados:
¡Ay mi copa del Parque
porque te habrán tirado
cuando todos los veranos
le dabas sombra a los parados!.
Magistralmente supo incluir un tema local con el equipo de fútbol y acabar con una ironía digna de un gran autor burlesco.
Tras esta exposición sobre el repertorio de “Los Cuasimodos”, retomaremos la historia donde la dejamos: el tipo pendiente de lograr. En el local de ensayo, realizaron una prueba de lo que sería el atuendo definitivo. Aquello funcionaba. La joroba era creíble y la cera se adaptaba a la cara formando arrugas y deformaciones.
Convencidos de que la parte supuestamente mas difícil de conseguir estaba resuelta, se concentraron en los ensayos. La rivalidad entre ambos grupos era muy fuerte. Mientras que “Los Cuasimodos” tenían como cuartel general el bar “El Único”, “Los Burros Inteligentes” se reunían lejos de la calle Luna, concretamente en la calle Ganado, en el estanco Eloy, que más tarde se transformaría en el bar San Eloy hasta derivar en la sede de “Los Majaras”. La tensión era latente entre los componentes, pero de una forma sana, aguardando con impaciencia la fecha de la presentación en el Teatro Falla. “Los Burros…” conocían la calidad de “El Chusco” y “Los Cuasimodos” sabían perfectamente de años atrás la capacidad de “El Cote “ y su padre para escribir coplas mientras que en la faceta musical, “El Chusco” experimentaba por primera vez. Tal vez el ansia de demostrar que tenía cualidades musicales, innovó de una forma espectacular al incorporar en las voces un nuevo tono. Hasta ahora, siempre se había cantado en tres cuerdas: la de tenor, la de segunda y la de octavilla o alta. “El Chusco”, con su menuda voz pero melodiosa, subió un tono completo por encima del octavilla, instaurando así lo que hoy se denomina contralto. El Puerto llevaba con este invento una aportación significativa por primera vez, que a través de los años, convertirían esta voz en una de las más solicitadas. Apuntar para los aficionados mas jóvenes, que la guitarra todavía no se había incorporado a las agrupaciones de carnaval.
El 13 de enero de 1.961, se efectúa el sorteo del orden de actuación de agrupaciones, siendo la fase clasificatoria el día 31 de enero y 1 de febrero y la final el día 2 del mismo mes. La suerte está a favor de “Los Cuasimodos”, ya que su turno sería en la función de noche del martes 31, mientras que a “Los Burros…” le toca cantar el mismo día pero en función de tarde, con la consiguiente frialdad que suponía un espectáculo que daba comienzo a las 18`30. En estos días previos al Concurso de Agrupaciones, se afina a conciencia y el día antes del comienzo, sancionan a la chirigota de Paco Alba “Pancho Albachi y sus Mamarrachis” por actuar en un establecimiento, no ajustándose a las normas impuestas que dictaban la prohibición de actuaciones en público antes del Concurso. Queda patente con esta actitud hostil la suerte que correría la agrupación de “El Brujo” en el Concurso de este año.
“Los Burros…” gustan al público y salen contentos con su actuación. Por la noche, llegado el turno de “Los Cuasimodos”, los nervios se apoderan de la agrupación que tiene que soportar la magnifica actuación de “Los Taxistas”, chirigota gaditana buenísima que deleita al público con cuplét pegadizos y graciosos repitiendo una y otra vez haciendo interminable la espera de los portuenses para iniciar su actuación. Con un farol de complemento en la mano, los componentes pasean por detrás del escenario aguardando su momento y… se abren las cortinas para dar paso a un momento histórico para las coplas de El Puerto. Se apagan las luces y un cañón disparando una luz roja sobre la torre del campanario del decorado, contrasta con las pequeñas luces de las velas que portaban en sus farolillos movidos oscilatoriamente. El público, aprovechando el anonimato que la oscuridad de la sala proporciona abuchea a la agrupación de forma aislada desde el gallinero. “El Chusco”, en pleno escenario, ordena a los componentes que se queden quietos y que no comiencen a cantar hasta que el silencio no se adueñe del teatro. De rodillas en el escenario, y con un silencio relativo, comenzaron la presentación. Al llegar la estrofa de “Campanas, suenan mis campanas…” y retumbaron en el Falla las cuatro voces que habían ensayado, el público guardó silencio total y comenzó el gran pelotazo que todavía se recuerda entre los círculos de aficionados ancianos. Las repeticiones a petición del respetable se sucedían y la cera que llevaban sobre el rostro para simular los desperfectos, comenzó a derretirse con el sudor, pero ya no importaba nada. La catarsis estaba presente y era imparable. Agotaron el repertorio compuesto por seis pasodobles y seis cuplét más el popurrí, por lo que ante la insistencia del público no tuvieron más remedio que interpretar “Los Duros Antiguos” para completar su actuación. Ya en los camerinos, y en plena celebración del éxito, “El Chusco” recibió la visita de Paco Alba, y según testigos, sus palabras textuales fueron: “Enhorabuena, ¿Cómo se me ha podido escapar a mí este tipo?”
A los dos días, en plena final, la suerte jugó un papel decisivo para aumentar la fama de esta comparsa. Cuando acabaron uno de sus pasodobles, las luces del Teatro Falla se encendieron por completo, y ante el asombro de la agrupación, observaron que en ese instante entraba la Reina de las Fiestas Típicas, señorita Casilda Varela, y en honor a su llegada, “Los Guasimodos” ejecutaron una reverencia que le reportó un aplauso exagerado por parte del público con el consiguiente “calentón” en beneficio del repertorio pendiente de interpretar. Con las mil pesetas que suponía el primer premio, regresaron a El Puerto de Santa María habiendo escrito un capítulo importante para la historia de las coplas. Aquella siesta inquieta de Manuel en esa tarde de otoño, acabó siendo un sueño placentero viendo su obra realizada y refrendada por el público más sabio: el público gaditano.
Los Guasimodos – Portada de su Cancionero.
Cancioneros de «Los Quasimodos»..: